sábado, febrero 04, 2006

Coyunturas (Reflexión)

Hay días en los cuales uno toma más conciencia de la vida, de nuestro viaje y de las razones fundamentales y reales por las cuales hacemos y dejamos de hacer las cosas. Éstos espacios mentales son llamados popularmente “crisis existencial”, como un intento vulgar de bajarle el volumen a una situación referente al Kabalah. Bueno, sobra decir que obviamente paso por un momento referente al tema.

Lo clave es que me siento muy bien, porque disfruto de reconocer mis defectos, aprovecho para replantear todo aquello que el tiempo tergiversa y modifica, detectar las situaciones que nos hacen cambiar (la rutina, la costumbre) y alinear el rumbo inicialmente orientado. Algo así como “calibrar la brújula” –concepto más de psicólogos–. A raíz de esto hay ritos que llevo a cabo, entre ellos cortarme el pelo en la madrugada frente al espejo, decir lo que siento, ponerme ropa vieja y hacer cosas que distan mucho de mi forma de ser. Es como una forma de significar y reconocer los límites que me he planteo como persona, en busca de la libertad total. Algo parecido a la ley del péndulo.

Por éstos días de profundo cuestionamiento les comparto que he descubierto una vainas muy bacanas, cosas que suceden a diario, pero como les decía al principio es algo referente al Kabalah, es un momento interesante no de tipo emocional ni en respuesta a un impulso afectivo. Entonces los tiempos no son iguales, el sueño no es el mismo ni las percepciones y sentidos actúan en su forma habitual –como un viaje de Yagé–.

Esperemos que después de esto escriba más en el blog, a muchos de El Clavo los motivó la enzima del amor. Espero que luego de parar el péndulo, siga escribiendo como una forma de organizar mis ideas. Una buena terapia.